Cuando las hojas caen

Todo comienza por una pequeña semilla dentro de la tierra, que poco a poco y en condiciones adecuadas va sacando raíces. Conforme pasan los años comienza a desarrollarse cada vez más dejando de ser un simiente para convertirse en un árbol. Tarda aproximadamente 50 años en formarse completamente y a nosotros nos toma sólo unos instantes destruirlo.

Su presencia es crucial para nuestra supervivencia pues como bien sabemos su principal función es la transformación de dióxido de carbono en oxígeno; pues un solo árbol genera oxígeno para 18 personas. Por si esto fuera poco, el dióxido de carbono no es lo único que absorbe, pues también lo hace con los gases del efecto invernadero lo que ayuda a la reducción del calentamiento global. Un estudio realizado por el investigador del Centro Común de la Comisión Europea (JRC) Gregory Duveiller, plantea que conforme se va reduciendo la cubierta vegetal del planeta, la temperatura de la Tierra va en aumento. Los procesos de cambio del clima se relacionan con las emisiones de gases de efecto invernadero llevando la temperatura en aumento. Los arboles eran encargados del procesamiento del dióxido de carbono que ellos necesitan para vivir, cada árbol menos es aumento de este gas en la atmósfera.

No todos logran tomar conciencia de lo que estamos haciendo a nuestro planeta, pues por desgracia, nos lo estamos acabando. El árbol no sólo nos brinda un poco de paz o decora un espacio en la ciudad, su función va más allá, pues el impacto de su pérdida afecta millones de especies en el mismo hábitat produciendo su extinción. La pérdida constante de hábitats debido a la falta de árboles ha llevado a los científicos a considerar el planeta un entorno hostil que camina hacia la sexta extinción masiva. Según publicó en 2014 la revista Science, estamos al borde de esta catástrofe ambiental, que a su vez amenaza con ser un punto y final para la especie humana.

En México existen 138 millones de hectáreas con vegetación forestal, lo que equivale a un 70% del territorio nacional, lo que convierte esa riqueza en un foco de atención para los criminales organizados a nivel mundial, y lamentablemente, la acelerada destrucción de nuestros variados ecosistemas ha colocado en riesgo a las especies de flora y fauna silvestre, y poco a poco a nosotros mismos. De acuerdo al Instituto de Geografía de la UNAM, el ritmo de deforestación en México es uno de los más intensos en el planeta, pues el estudio demuestra que se pierden aproximadamente 500 mil hectáreas de bosques y selvas, colocando a nuestro país en el quinto lugar de deforestación a nivel mundial.

Por sorprendente que parezca cada año se destruyen entre 145.000 y 150.000 kilómetros cuadrados de bosques, siendo 190 veces la ciudad de Nueva York; increíble ¿no? Y más increíble aún resulta el hecho de que tengamos la conciencia de que está pasando y no hagamos nada, principalmente por falta de empatía.

Es momento de tomar conciencia antes de que nuestras acciones acaben con nosotros.

Redactores: Ana Sofía Toscano

Editado y Corregido: Michelle Hurtado