Sensaciones profundas
- Taboo 3e

- 22 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Desde que nacemos nuestros genitales determinan como se nos va a educar, se nos asigna un género y asimilamos ciertos roles basados en el mismo desde muy pequeñitos. Afirmando esto nos damos cuenta también que los hombres y las mujeres somos educados de formas muy diferentes, sobre todo si hablamos de la educación sexual.
Desde tiempos inmemorables la sexualidad femenina y cualquier cosa que se le parezca han sido reprimidas y censuradas dándonos cuenta así que la mujer ha sido completamente separada de su sexualidad, pero, ¿cómo llegamos a esto?
Existen muchos factores que nos han separado cada vez más de nuestro placer sexual, uno de ellos, y el que considero más importante es la religión, pues en este todo acto sexual que no lleve a la procreación, como la masturbación es un pecado, a pesar de no ser mencionado o declarado como tal en la biblia.
Otro factor que considero propició la vergüenza que conlleva la masturbación femenina es la objetivación del cuerpo de la mujer, pues esta lleva a cuestionar el valor que tiene nuestra sexualidad y a intentar esconder o ser lo más discretas posibles con cualquier tema que tenga que ver con sexo, a pesar de tratarse de prácticas biológicas completamente naturales.
No se puede hablar de temas tabú sin mencionar siquiera una vez la doble moral de la sociedad, en este caso la mexicana. Hay muchos campos en los que los mexicanos somos doble cara (ojo, no todos) y uno de ellos es como vemos la sexualidad de la mujer, mientras que los hombres quieren a una mujer conocedora de sexo también quieren una mujer casta y pura, cosas que nunca irán de la mano.
Llama la atención, por lo tanto como a pesar de vivir en un mundo donde la información está al alance de todos todavía exista una enorme desinformación de las mujeres hacia su propia sexualidad y es tan grande esta ignorancia que la educación sexual se enfoca sobre todo en el coito entre hombres y mujeres y no se habla o se habla muy poco de la masturbación, que es una herramienta fundamental para el autoconocimiento y la salud sexual femenina.
Una de las cosas que se ignoran hoy en día es la existencia del clítoris, el órgano sexual que se dedica exclusivamente al placer sexual de la mujer y el cual si no es estimulado más del 75% de la mujeres no son capaces de llegar al orgasmo mientras se sigue creyendo estúpidamente que el placer se experimenta exclusivamente por la penetración mientras que la mayoría de los orgasmos provienen del clítoris.
Según un estudio sobre la frecuencia de los orgasmos publicado en enero de 2018 son las mujeres heterosexuales las que menos orgasmos consiguen, tan solo un 65% de las veces que mantienen relaciones frente al 95% de los hombres heterosexuales. El resto de los puestos más altos de este ranking son ocupados, también, por hombres.
Francisca Molero, sexóloga y ginecóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, del Instituto Iberoamericano de Sexología y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, asegura que el mayor enemigo del orgasmo es el desconocimiento del propio cuerpo: “Muchas mujeres desconocen sus genitales, no saben muy bien dónde se sitúa su clítoris y confunden los términos vagina y vulva. Los chicos se masturban desde muy pequeños e incluso en la pubertad lo hacen como un acto colectivo, hablan de ello; algo impensable entre las chicas. Cuando las mujeres vienen a la consulta y se les recomienda masturbarse para familiarizarse con sus genitales suelen ver este proceso como algo impuesto, una obligación desprovista de cualquier signo de curiosidad. Algo que, seguramente, tiene mucho que ver con la forma en que han sido educadas. Ellas esperan pasar del desconocimiento y la actividad sexual nula de la infancia y adolescencia, al disfrute del sexo de la mano de una pareja, pero no siempre es tan fácil.”
Y si, así como dice Molero la masturbación como herramienta de familiarización con el cuerpo es recomendable pues ayuda a mantener una buena salud sexual. Ayuda a conocer las preferencias sexuales, libera dopamina y endorfina combatiendo así la depresión, libera estrés y ansiedad y además reduce los cólicos y malestar causados por la menstruación, además la masturbación y el conocer que nos gusta y que no ayuda mucho mejorar las relaciones sexuales en pareja.
Para nuestra suerte hay cada vez más voces que se alzan por la liberación sexual femenina pasando a su vez por la normalización de la masturbación y así poco a poco llegar a una educación sexual para ambos sexos completa e inclusiva.
Ahora las invito a todas a explorar y disfrutar de su sexualidad plenamente, pues además de ser beneficioso es placentero, a cuestionar el por qué si se trata de una mujer es tabú, a dejar de pensar en el que dirán y empezar a pensar en que dices tú y finalmente a aprender a decir “si, me la pico, ¿y qué?
Redactores: Alessandra Minutti
Editado y Corregido: Michelle Hurtado

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