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Lo escondido en los libros

  • Foto del escritor: Taboo 3e
    Taboo 3e
  • 14 dic 2018
  • 2 Min. de lectura

La educación es uno de los factores más influyentes para el avance y progreso de

las personas, sociedades y países. Traspasando el hecho de que es un derecho

humano protegido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es algo

que vivimos día a día y nos acompaña gran parte de nuestra vida, la importancia

de esta radica en ser mejor cada día, pero ¿Cómo será esto posible si nos

quedamos con los métodos de enseñanza pasados?

Así como existen distintos puntos de vista y razonamientos a un mismo

acontecimiento, este no se queda atrás, pues la búsqueda del cambio de la

educación conservadora lleva desde tiempo atrás y un claro ejemplo de ello es

que nosotros la seguimos viviendo, estudiamos bajo el modelo educativo de años.

El obstáculo comienza entre los liberales que buscan reformar ideas nuevas, ir a lo

desconocido y aprenderlo, no quedarse con el programa y cuestionar lo que se

plantea; teniendo en el otro lado a los conservadores, que buscan apegarse a las

tradiciones y atenerse a un código de años. En sí no es el problema las ideas de

ambos, pues cada uno tiene su perspectiva. Pero no hay un matiz entre ambas.

El mundo actual, en pleno siglo XXI, no puede regirse por el modelo educativo

propio de la revolución industrial porque estamos creando alumnos pasivos. Pero

¿cómo debe ser el aprendizaje? Los alumnos deben aprender de forma activa y

consciente, dejar de lado las clases donde el profesor expone un tema y los

alumnos, simplemente, escuchan. El sistema educativo tradicional impide el

desarrollo de la creatividad y de la originalidad, repercutiendo directamente en el

desarrollo de las habilidades del alumno.

Un estudio realizado en 2010 por el MIT (Massachusetts Institute of Technology)

descubrió que la actividad cerebral de un estudiante, donde el alumno es sólo

receptor de información, es similar a cuando ve la televisión. Peter Senge,

profesor de la escuela de negocios del MIT y fundador de Society for Organization

Learning (SOL), menciona que la fórmula actual es siempre igual, en donde los

profesores tienen el control y los alumnos no son proactivos. Esto debe cambiar,


pues tanto alumnos como profesores deben aprender de manera conjunta y

desarrollar los mismos intereses.

Si bien es bueno que la educación conserve en la memoria lo que fue, también lo

debe ser el tener en cuenta que toda sociedad necesita progresar, buscar la

verdad, ir tras la razón crítica y no solo desde la adhesión pasiva, que inmoviliza y

reproduce. La educación conservadora le teme al cambio, y éste no debe ser

necesariamente negativo, sino todo lo contrario; para desarrollar a un ser humano

pleno se necesita darle libertad con los límites necesarios claro, implantar retos,

fomentar las habilidades y capacidades y desarrollar más allá de lo establecido

para poder hacer nuestro mundo más grande y confortable.

Desligarse de las viejas formas es siempre un buen comienzo, refrescar la

información es el paso siguiente. Queremos cambio en la educación, con impacto

positivo siempre, por eso somos parte de él. Y con el cambio no hablamos

solamente de las herramientas, método o la forma, hablamos también de los

conceptos, todo el mundo que puede rodear la palabra educación.


Redactores: José Manuel Vázquez Fierro

Edición y Corrección: Michelle Hurtado

 
 
 

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