Lo que las notas no notan
- Taboo 3e

- 22 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Todos destacamos de una manera especial en algún área en particular, estas
aptitudes innatas nos permiten ser mejor o peor en el desempeño de ciertas
tareas.
A menudo, sobre todo en este siglo, le damos una importancia y atención muy
grande a lo que a la ciencia se refiere, esto por la cantidad de nuevos
descubrimientos y aplicaciones que actualmente podemos encontrarle. Sin
embargo, los avances de esta en las últimas décadas muestran que la
inteligencia no se puede limitar a un solo campo de conocimiento.
Tendemos a medir la inteligencia sólo por el hecho de obtener buenas
calificaciones, tener gran memoria o por el simple hecho de ser muy bueno en
las respectivas ciencias (matemáticas, física, química o biología) pero
¿realmente estas áreas lo son todo? ¿en dónde dejamos nuestro lado
creativo? Al igual que nos cuestionamos si la inteligencia se puede medir
realmente.
“Los alumnos que se adaptan bien al sistema escolar son los que tienen una
inteligencia numérica y lógica matemática alta. Al resto, que pueden tener otro
tipo de inteligencia, les cuesta mucho trabajo adaptarse. La escuela sigue
trabajando hoy con un modelo. Hay personas muy inteligentes que no son
especialmente brillantes en los aspectos lógico-matemáticos y no acaban de
adaptarse, desperdiciando su potencial artístico, lingüístico o de relaciones
sociales y la escuela se convierte ellos en un martirio.” Esto fue dicho por
Howard Gardner, psicólogo, sociólogo y profesor de la Universidad de Harvard
especializado en el contenido científico y educativo.
Para él la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes
capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos
interrelacionados entre sí. Por lo mismo creó la Teoría de las Inteligencias
Múltiples como contrapeso al paradigma de una inteligencia única, proponiendo
que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencias,
advirtiendo que la inteligencia académica no es un factor decisivo para conocer
la inteligencia de una persona.
Hasta la fecha, él y su equipo de la universidad han identificado ocho tipos
distintos de inteligencia, siendo: lingüística como la habilidad para utilizar un
dominio del lenguaje oral y escrito avanzado; lógico-matemático identificado
por la habilidad de razonamiento complejo, abstracción y resolución de
problemas; viso-espacial por la capacidad de percibir el mundo y crear
imágenes mentales a partir de la expresión visual.
Siguiendo con el kinestésico por la utilización del cuerpo para aprender y
expresar ideas y sentimientos, incluyendo el dominio de las habilidades físicas;
musical la respuesta a los diferentes elementos y sonidos; intrapersonal
destreza de comprenderse a sí mismo y utilizar este conocimiento; interpersonal la interacción y compresión de los demás y sus relaciones; y por
último, naturalista como el pensamiento científico, observación de naturaleza e
identificación de patrones.
Por ello debemos considerar que los modelos educativos, que es en donde al
final nos formamos y moldeamos como personas, deberían estar basados en
esta importante teoría de incluir procesos y métodos para detectar a edades
tempranas las capacidades de los estudiantes para poder potenciar sus
capacidades y enfocarlas en una carrera profesional acorde a las mismas.
En mayor o menor medida, todos tenemos una mezcla de varias de estas
habilidades y nunca es muy tarde para desarrollar su potencial. Somos distintos
con potenciales únicos por lo que no podemos evaluarnos con los mismos
parámetros.
Redactores: José Manuel Vázquez
Editado y corregido: Michelle Hurtado

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