Rumbos distintos
- Taboo 3e

- 22 mar 2019
- 3 Min. de lectura
La vida cambia sin avisar, da giros inesperados, en un abrir y cerrar de ojos te encuentras parado en un lugar completamente distinto al que estabas acostumbrado. El tiempo corre, se escapa y no regresa; puede ser nuestro peor enemigo, pero también nuestro mejor aliado. La vida es un completo y maravilloso desastre, tenemos poder de decidir y tomar acción sobre ciertas cosas, pero, hay muchas otras tantas que por más que intentemos no podremos evitar.
Es desconcertante todo lo desconocido, tanto que nos resulta más cómodo quedarnos en nuestra zona de confort, hasta que la vida misma nos empuja hacia adelante cayendo en el futuro. Nuestro error está en precipitarnos, en anticiparnos a algo que aun no sucede. Cuando somos pequeños anhelamos ser grandes, convertirnos en adultos es en todo lo que pensamos, tanto que la mayoría de nuestros juegos se basan en ello. Conforme van pasando los años ese deseo se va difuminando, te vas dando cuenta de que estás por cruzar esa delgada línea que separa la niñez de la adolescencia y de la adolescencia a la adultez; generalmente no somos conscientes de ello hasta que nos topamos con ciertas situaciones, responsabilidades, decisiones u emociones que nunca antes habíamos experimentado.
Crecer es todo un reto, nadie nos enseña a cómo enfrentarlo. Entre prueba y error vamos aprendiendo y asumiendo la responsabilidad de nuestros actos y las consecuencias que estos traen; en especial de las decisiones que vamos tomando en el camino. La adolescencia, como bien se sabe, está llena de ajustes y cambios. Es en este momento en el que buscamos nuestra propia independencia e identidad, intentando crear poco a poco nuestra vida y la dirección que deseamos darle.
Pasamos de tomar decisiones como qué usar, qué juego inventar, qué comer o de qué color colorear nuestro dibujo, a qué prepa queremos ingresar, qué carrera nos interesa, cuáles son nuestros intereses y con qué personas nos gusta relacionarnos. Es un hecho que los adolescentes toman decisiones de manera distinta a los adultos, pues cada uno de ellos ve las cosas desde una perspectiva acorde a su edad y experiencia.
Un estudio llevado a cabo por el Journal of Experimental Psychology comprobó que los adolescentes están menos dispuestos a trabajar que los adultos para descubrir toda la información posible, dejándose guiar por la corriente. Los resultados del estudio demuestran que los adolescentes se basan en la “exploración aleatoria” siendo este un proceso más libre en el cual pueden recolectar información relevante sin hacer un esfuerzo mayor, esto no quiere decir que sus acciones son necesariamente impulsadas por el deseo de respuesta. Lo que nos da a entender que son más propensos a ir decidiendo conforme van surgiendo las cosas y con mayor apertura a lo que se presente.
Así como todo en la vida, las tomas de decisiones se adaptan de igual manera a la etapa en la que vamos viviendo. Por ello no es que sea más sencillo, cuando creces te das cuenta que tus responsabilidades o decisiones eran diferentes e incluso podrías pensar que más sencillas a las que ahora estás llevando; todo es parte de un proceso y de su tiempo. Por lo mismo no podemos juzgarnos entre nosotros, pues lo que nosotros estamos pasando lo pasaron ustedes como adultos, y las situaciones que ustedes sobrellevan las experimentaremos en unos años.
Cada uno va a su paso, en la construcción de su propio camino. Es necesario tener altas y bajas para crecer, puede que las decisiones que tomemos no siempre sean las más adecuadas, pero sí las que necesitamos en ese momento para convertirnos en mejores personas. Si nos llegó a nosotros, es porque podemos.
Redactores: Michelle Hurtado
Editado y Corregido: Mariana Andrade

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