Silencio en la casa de Dios

La religión en México es sin duda, una parte muy importante para la mayoría de la población mexicana. En la último anuario de estadística que publicó el Vaticano se reportó que México es el segundo país con más católicos en el mundo, con alrededor 117. 3 millones de creyentes, el 82.7 % de la población total.

Pero en los últimos años una ola de confesiones ha dado a conocer los abusos sexuales que se han cometido a infantes y como la misma iglesia los ha encubierto. Se puede acreditar al estallido de este escándalo, a Michael Rezendes y su equipo de trabajo en el periódico Boston Globe, que en el 2001 publicó los casos de más de 80 niños que fueron abusados por sacerdotes por varias décadas y que la iglesia estaba al tanto e incluso encubría. Después de esto fue un efecto dominó.

Casos por todo el mundo empezaron a salir, y en México, salió a luz una perversa realidad de una iglesia corrupta, responsable del abuso de cientos de niños. El caso más infame es del padre Marcial Maciel, fundador de la congregación católica Legión de Cristo. En 1997 fue acusado por 8 ex miembros de la Legión de Cristo por medio de una carta abierta donde declararon que habían sido víctimas de abuso sexual por parte de Marciel y que ningún miembro de la congregación había hecho nada el respecto.

Pero no fue hasta el 2004 que Maciel dejó la dirección de la Legión de Cristo y en 2005 se abrió una investigación sobre estas acusaciones, pero sólo un año después se anunció el cierre de la investigación por su avanzada edad y quebrantada salud. El Vaticano por un comunicado, declaró que la decisión había sido aprobada por el Papa Benedicto XVI, y que habían invitado a Marcial Marcelo “Una vida reservada de oración y penitencia y a no cumplir con su ministerio público.” Marciel murió en el 2008 completamente impune.

Más recientes, en 2015 en San Luis Potosí 6 sacerdotes encabezados por Eduardo Córdova se hicieron prófugos de la justicia tras ser acusados de abuso sexual a 9 menores de edad. La lista sigue, muchos casos siguen ocultos y los responsables siguen libres. Es importante recordar que la pederastia en la iglesia no es sólo un pescado, es un delito. Y como todos los delitos, debe ser procesado y juzgado de la misma manera y sin ningún privilegio o excepción. Ya que la religión ni alguna otra situación, va arriba de la justicia y la ley.

Redactores: Julieta Lizarraga

Editado y Corregido: Mariana Andrade