Valemos lo mismo
- Taboo 3e

- 14 dic 2018
- 2 Min. de lectura
“La realidad es que si nos quedamos de brazos cruzados, nos llevará 75 años o
hasta que cumpla 100 que las mujeres ganen lo mismo que los hombres por el
mismo trabajo.” – Emma Watson, Embajadora de la ONU.
La brecha salarial es la diferencia existente entre los salarios de los hombres y los
de las mujeres expresada como un porcentaje del salario masculino más alto,
pero, ¿Es sólo eso?
El salario entre hombres y mujeres no es igual, aunque realicen las mismas
actividades y estén en los mismos puestos. Un estudio del Conapred demuestra
que las mexicanas ganan, en promedio 34.2% menos que los mexicanos.
La discriminación salarial contra las mujeres en México se ha acentuado, aunque
se tenga el mismo nivel educativo y el mismo puesto que los hombres. Es
innegable que en las últimas décadas las mujeres han incrementado su
participación en el ámbito laboral, sin embargo las mujeres no están en
condiciones de igualdad en el reconocimiento de sus derechos económicos,
sociales y culturales.
Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)
indica que las brechas de género tienden a aumentar en la maternidad, ya que
ésta tiene efectos negativos sobre la participación de la mujer en la fuerza de
trabajo; casi dos terceras partes de las mexicanas que trabajan están en empleos
informales que ofrecen paga baja, protección social insuficiente y escaso
resguardo contra la pobreza.
“Los cambios pasan por políticas públicas, por eso es importante tener mujeres
diputadas, gobernadoras, regidoras, alcaldesas, porque ellas también aportarán
una visión enriquecedora” – Luz María de la Mora, fundadora y LMMC Consulting
de Vital Voices México. Aún con los avances que se han presentado en México,
sigue habiendo inequidad de género, injusticia hacia las mujeres, lo cual resulta
inaceptable.
Aunque existen leyes y normas que exigen acciones que disminuyan la
desigualdad entre hombres y mujeres, la realidad es que la mayoría de las
mujeres reciben salarios o ingresos menores, ya que se reproducen prejuicio que
generan condiciones de desventaja para las mujeres.
Debemos de romper este estigma para poder avanzar como sociedad y
económicamente. Tanto mujeres como hombres debemos luchar porque las leyes
de igualdad se cumplan, ya que este es un trabajo de todos; estamos en pleno
siglo XXI como para que la mujer no sea remunerada de la misma manera que los
hombres, económicamente y socialmente.
En mi opinión tendríamos que comenzar por acabar con la “penalización de la
maternidad” ya que la decisión de ser madre no debería de afectar tu trabajo; el fin
de tu recorrido profesional por una supuesta falta de disponibilidad. Conviene
tener una mente abierta y saber que las mujeres son iguales que los hombres.
Autora: Mariana Andrade

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